La chica está acostumbrada a que la traten así. El marido impotente la perdió en las cartas. Por eso la han estado jalando como una perra todo el día. Y cuanto más fuerte es la estaca, más fuerte la meten dentro. Sólo que el coño está ya tan acostumbrado a los nuevos amos, a la abundancia de leche, que no quiere volver atrás.
Los emigrantes son buenos porque están dispuestos a hacer trabajos extra por el mismo sueldo. No por nada el jefe contrató a esta latina, la chica en sí es bonita, y además muy trabajadora y ayuda al jefe a sobrellevar no sólo la limpieza.